viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo 37

Capítulo 37

A ver, esta no es, esta tampoco. Esta, sí.
Abro la puerta de mi nueva casa y entro con David, que ha accedido a acompañarme. Iba a pedírselo a los demás, pero David me sugirió que la arregláramos antes y después se la enseñara.
-¡Hala!-exclama David.-¡Es genial!
-Pero si las paredes son blancas-digo.
-Si miras, está genial. Además le da el sol por la mañana y por la tarde, la sombra. Es genial.
-Bueno, pero quiero cambiar la decoración.
-Eso no te lo discuto.
Y es que la casa está decorada con muebles antiguos que, la mayoría, están rotos o son demasiado feos.
-Ya sabes, mañana vamos al ikea.-me dice David.
-Vale, pero necesito ir al aeropuerto, para despedirme de mi tío.
-Claro que sí, princesa.-dice dándome un beso.-Pero podías haber venido a vivir a mi casa.
-Ya pero, ¿cómo le iba a sentar eso a mi tío?
-Tienes razón.
-Bueno, lo bueno es que, en nada cobraré lo de auryn, además también me he apuntado a un teatro de aquí de Madrid donde pagan unos setenta euros por actuación. Así que podré comprarme los muebles y pagar la comunidad, el agua, la luz, etc sin problemas.
-Pues bien, pero si necesitas ayuda, me lo dices.
-Que sí...
Entramos a la cocina, que creo que es la única parte de la casa que más me va a gustar porque está decorada en rojo. Después pasamos al salón que está bastante echado a perder. Pasamos por el pasillo hacia dentro y veo que tiene dos habitaciones y sus respectivos baños. En cada dormitorio, hay una pequeña puerta que, al abrirla, descubre un pequeño balcón. Es exactamente como había deseado durante toda mi vida. Pero todas las paredes están pintadas en blanco. No me gusta para nada. Yo quiero algo más llamativo.
Al fondo del pasillo, hay otra puerta, que, al abrirla, da a otro cuarto.
-Supongo que pondré una sala de estar o algo. A lo mejor pongo un armario grande para guardar todas mis cosas.-comento.
-¿Y qué vas a hacer con la otra habitación?-me pregunta David.
-Pues podría decirle a Ainhoa o a Esme que se vengan conmigo a vivir. Pero tiro más hacia Ainhoa, porque Esme es muy desordenada.
-Oye, nos vamos a tener que ir yendo, que ya mismo tenemos que estar para la prueba de sonido.
-Vale, vamos.
Y, saliendo de casa, cierro la puerta, echo la llave, y nos vamos  hacia el lugar de encuentro donde nos esperan los demás para llevarnos al concierto de esta noche.


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