Capítulo 78
-¡David! -exclamo nada más verle- ¿Qué te ha pasado?
David está tirado en el suelo de una discoteca. Gracias a Dios que es temprano y apenas hay gente.
-¿Estás bien? -le pregunto. No obtengo respuesta. No le habrán drogado, ¿verdad? Poco a poco, abre los ojos, pero inmediatamente los cierra.- ¡David! ¡Despiértate! ¡Abre los ojos, joder! -le abrazo y, no puedo controlarlo más, las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.- David, por favor, despierta -sollozo. Inspiro profundamente y a mis fosas nasales llega un olor a alcohol tremendo.- Está... borracho -le susurro a Carlos, María José y Ainhoa.
-No puede ser. Había cambiado. Hace tiempo que no se emborracha. Y menos, así. -dice Carlos.
-¿Qué hacemos? -pregunta Ainhoa.
-¿Y si le ha dado un coma de esos que le dan a los que se emborrachan? -pregunto asustada. Lo que me hacía falta ahora, perder a mi pastelito.
-Un coma etílico... -susurra Ainhoa..
Enseguida comienzo a llorar y a pegarme contra su pecho.
-David, David, por favor. Háblame.
-Coral, ven -dice María José tirando de mí.
Yo intento resistirme mientras grito más veces el nombre de David. Pego patadas, intento dar bofetadas, puñetazos. Por ahora funciona, María José y Ainhoa se apartan de mí, hasta que viene Carlos acompañado de un chico rubio que me resulta muy familiar, este último me da una patada en el estómago, y dejo de resistirme a la vez que caigo desplomada sobre el suelo.
-Pero, ¿qué has hecho, imbécil? -escucho que grita mi amiga.- ¡Le has hecho daño!
Cierro los ojos a la vez que veo una luz blanca, como si fueran nubes.
-Era un ataque de nervios -responde el chico- Y no le he hecho daño, la he dejado inconsciente, nada más.
-Juro que como no se recupere te voy a matar, Da...
Cierro los ojos y, sin terminar de escuchar el nombre del chico que me ha dejado inconsciente, entro en un sueño muy muy profundo.
* * * * * * * * * * *
Abro los ojos y estoy en una habitación de hospital. A mi lado hay un chico rubio.
-Vaya, ya te has despertado -me dice.- ¿Estás mejor?
Intento responder con un 'Pues no, me has dado una patada', pero de mi garganta sólo sale una especie de gruñido.
-No te esfuerces en hablar, Coral. El médico me ha dicho que no vas a poder hasta dentro de una hora o así por culpa del sedante.
¿Sedante? De qué me habla. Parece que entiende mi confusión porque me señala el brazo, donde hay colocada una vía.
-No te preocupes, David está bien. Al menos, todo lo bien que se puede estar después de sufrir un coma etílico. -en ese momento me sobresalto y tiro un poco de las vías del brazo. Necesito ir a verlo. ¡Debo verlo ya! ¿Está muerto? No creo, no puede estar muerto. Como se haya muerto, me perderán a mí también.- ¡Para! David está bien. -exclama el rubio. Yo me relajo y me vuelvo a tumbar sobre la cama- Lo llevaron a una sala para sacarle todo el alcohol que se había bebido. Ha tenido suerte, ¿sabes? Podría estar muerto.
Poco a poco comienzo a sollozar y las lágrimas caen por mis mejillas. El chico rubio me las seca y me aparta un mechón de pelo detrás de la oreja.
-Sé lo que te estás preguntando, pero no sé por qué puede haber hecho una cosa así. -me dice.- Duérmete, anda. David está bien. Todos estamos bien.
sube otrooo
ResponderEliminar