Historia de una chica de 14 años que consigue cumplir su sueño de ser cantante gracias a unos pequeños héroes...
miércoles, 16 de octubre de 2013
Capítulo 93
Capítulo 93
Después de estar un rato hablando, Lorena no puede evitar preguntar por su marido. Esta es la parte espinosa.
-Verás, Lorena, ha... -comienza Lucas.
-¿Muerto? -pregunta ella- No. No puede ser, es imposible. ¡Quiero verle! -exclama.- ¿Dónde lo tenéis? ¿Se ha ido con Aarón?
-No, Lorena, escucha, Aarón está bien, lo he estado cuidando, Coral me ha ayudado. No te preocupes por él. -le tranquiliza Lucas- Sin embargo, Luis no ha tenido tanta suerte como tú y ha fallecido...
-No puede ser -dice comenzando a llorar- Iros -murmura, ninguno de nosotros se mueve- ¡Que os vayáis! -exclama.
-Venga, chicos, será mejor que nos vayamos -dice Blas empujándonos hacia la puerta.- Vamos a dejarla sola esta noche, venid mañana a verla.
Salimos de la habitación del hospital y cerramos la puerta.
-Siento la reacción de mi hermana -se disculpa Lucas.
-No te preocupes, es normal -le tranquiliza Blas.- Será mejor que os vayáis y la dejéis sola. Por lo menos, hasta mañana.
-Yo debo irme, tengo que cuidar de Aarón, además de estudiar. Mañana vendré a verla. -dice Lucas.
-Nosotros no podremos. Tenemos que ir a My Camp Auryn, empieza mañana. -le informo- Quizá el día uno pueda venir, pero no lo sé.
-Bueno, no te preocupes.
Comenzamos a andar hasta el final del pasillo, cogemos el ascensor y bajamos a la planta de abajo.
-¿Te vas solo, Lucas? -pregunto al salir al exterior.
-No, está Ainhoa con Aarón allí, esperándome.
-Ah, vale. Bueno, hasta luego -digo dándole dos besos.
Él se va con Ainhoa, y Blas y yo, con Dani, que decidió esperar en el aparcamiento.
-Hola -digo sentándome en el asiento del copiloto.
-¿Ya? ¿Qué pronto habéis terminado, no? -pregunta Dani.
-Sí, es que se ha enterado de que su marido ha fallecido, entonces se ha puesto un poco hecha una furia. -informa Blas.
-Ah, vale. ¿A dónde vamos?
-A mi casa, ¿no? -pregunta Blas- A Coral la dejas después, que te pilla de camino.
-Ah, sí, claro, claro.
Durante el camino hablamos sobre My Camp Auryn. Yo estoy muy nerviosa, ya que va a ser el primer campamento en toda mi vida. Cuando era más pequeña no fui a ninguno porque no quería dejar a mi tío solo. Los chicos me van diciendo lo que tengo que meter en la maleta y me preguntan si tengo un disfraz. Claro que sí, aunque me dará un poco de vergüenza llevármelo. Es un disfraz de hawaiana. Resulta que mi hermano, fue a Hawai porque tuvo que ir a grabar no se qué cosa en una especie de fiesta, y le regalaron un collar, unas pulseras y una corona para la cabeza hecha de flores, y él me la regaló a mí. Después de eso, busqué una falda de hierba y, supongo que me pondré eso y la parte superior de un bikini marrón.
Intento sonsacarles qué disfraz llevarán cada uno, pero no me lo quieren decir. Esperan que sea sorpresa.
Sin darnos cuenta, hemos llegado a casa de Blas, que se despide de nosotros y se baja del coche.
La confianza de hace unos segundos se disipa de pronto, ninguno de los dos sabe qué decir o qué hacer, si comentar el beso o no. Sigo dándole vueltas a la cabeza, ¿por qué dejé que me besara? Sería porque él lo necesitaba, seguro, pero ¿me gustó? Es cierto que nos separamos porque escuchamos que venía María José, si no... ¿hubiéramos seguido con el beso? No lo sé.
-¿En qué piensas? -me pregunta.
-En nada -respondo encogiéndome de hombros.
-Piensas en el beso, ¿no? -pregunta sin apartar ni un segundo la vista de la carretera.- En por qué te lo he dado.
-Pues la verdad es que sí -reconozco.- ¿Por qué lo has hecho?
-Porque lo necesitaba -responde sin inmutarse.
-Pues no puedes ir por ahí besando a troche y moche con la excusa de que lo necesitas -le echo en cara.
-Habló -dice irónico- Que yo sepa, tú no te apartaste.
-Porque sabía que lo necesitabas.
-Sí, claro.
-Pues no te lo creas.
-Pues mira, no, no me lo voy a creer porque sé que mientes. -me dice.- Uno no se deja besar por hacerle un favor a otra persona.
-Eso no lo harás tú -le digo-, pero yo, sí.
-¿Te puedo pedir un favor? -pregunta.
-Dime -contesto, cansada.
Se acerca a mí y me besa. Otro beso suyo, dulce y cariñoso. Otra vez me he dejado camelar... No puede ser. Noto que él se aparta, y no puedo evitar quedarme con ganas de más. Parece que se ha dado cuenta, porque ahora responde con un simple:
-Conque un favor, ¿no?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario