Por cierto, eh decidido que ya se acabe MCA, pero aun así, seguiré contando cosas que sucedieron.
Capítulo 100
Parece mentira que ya hayan pasado los tres días del esperado My Camp Auryn. Hemos salido del concierto de Barcelona, y estamos en el auryncar.
David, Álvaro, Blas y María José, dormidos; Carlos y yo, despiertos. Dani va conduciendo.-Bueno, Carlos. ¿Cuándo te vas de viaje con María José? -pregunto.
-Pues hemos pensado en irnos, durante nuestras vacaciones, una semanita a Valencia, para que conozca a mi madre, y la siguiente semana a Hawai. -cuenta.
-¿Hawai? ¡Qué suerte! -exclamo- Pero, sabes que estará en el colegio, ¿no?
-Vaya, se me había olvidado. -dice entristeciéndose- ¿Y si cambio la fecha del viaje?
Miro a María José, sé las ganas que tiene irse de viaje con Carlos. Cuando celebramos su cumple en My Camp Auryn, le cantamos cumpleaños feliz, y le dimos su regalo, estuvo toda la noche diciéndome lo feliz que estaba, lo mucho que quería a Carlos, y lo que deseaba que llegara mediados de octubre para poder disfrutar de sus vacaciones a solas con él. Daría lo que fuera por no tener que esperar más tiempo.
-Dejalo como está. Seguro que prefiere aplicarse más para estudiar, que tener que esperar más tiempo a pasar unas vacaciones contigo.
-¿Seguro? -me pregunta, yo asiento- Y sus padres, ¿qué dirán?
-Ellos te aprecian muchísimo. Ella me lo ha dicho. Te quieren como si fueras un hijo suyo. -le aseguro- Son de los padres que piensan que no hay edad para el amor. Se llevan diez años de diferencia.
-Madre mía, todo sale sobre ruedas. Qué buena vida llevo.
-Ya ves.
Bostezo sonoramente.
-Dios, Coral, bosteza cuando puedas. Tú no te cortes, ¿eh? -dice Dani permitiéndose un momento para echar un vistazo atrás, donde yo estoy.
-Es que tengo mucho sueño -digo frotándome uno de los ojos.
-En el maletero hay una almohada. Echa el asiento tuyo hacia delante y sacala -le dice a Carlos.
El le da a una especie de palanquita que hay en el lateral de su asiento, el respaldo se echa hacia delante y Carlos saca un almohada blanca, al momento me la pasa. Yo me inclino un poco hacia la derecha, apoyo la almohada en el reposa cabezas del asiento y, a las dos minutos aproximadamente, me quedo dormida.
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