Historia de una chica de 14 años que consigue cumplir su sueño de ser cantante gracias a unos pequeños héroes...
domingo, 10 de noviembre de 2013
Capítulo 116
Capítulo 116
-¿No me invitas a que pase? -pregunta.- Mira que ahora hay muchos ladrones, ¿eh? Cualquier día te llevas un susto. Y más si estás solita en casa -me dice Dani.
-No te dejo pasar porque tengo unas ganas enormes de irme a la cama...
Me sonríe pícaramente.
-Supongo que, como has pensado mal, te tendré que dejar entrar, ¿no? -pregunto.
-Pues me parece que sí. -sonríe.
-Anda, entra -le digo abriendo más la puerta de la entrada.- ¿Quieres algo? -pregunto abriendo uno de los muebles de la cocina.- Tengo cereales, galletas... Si esperas un poco más y tienes hambre, te preparo algo más sustancioso. -le digo- ¿Y bien?
Se queda mirándome unos cinco segundos.
-Me gustaría una cosa, pero no sé si está incluida en el menú. -dice.
-¿El qué? -pregunto.
-Tú. -responde dándome un beso y mordiéndome el labio al mismo tiempo.- Era así como te gustaban los besos, ¿me equivoco? -pregunta mientras me va besando el cuello. Ahora va a mi oreja, y la muerde. Suave, pero con fuerza al mismo tiempo- No se me podía olvidar la oreja, ¿cierto? -sonríe- Si te quitas los tacones, será más fácil que te bese, y si te lo quitas todo, mejor -sonríe pícaramente.- Te quiero -susurra junto a mi oído- No te imaginas cuánto. -dice besando mi cuello.
-Dani, espera, para -le digo- Si seguimos, vamos a la habitación, porque aquí es bastante peligroso -digo mirando hacia la puerta y sonriendo.
-Ah, osea que quieres seguir, ¿no? -sonríe.- Ahora debería dejarte con las ganas, como haces conmigo. -dice mientras sonríe a la vez que me muerde el labio.- El problema es que no creo que tenga autocontrol, lo siento. -dice cogiéndome en brazos y andando hasta el dormitorio.
Me deja sobre la cama, y me quito los zapatos con un movimiento de pies mientras nos seguimos besando.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto? -me pregunta cerca de mi boca.
-Sí. -murmuro.- Dudo que pueda parar.
-Te acompaño en el sentimiento -dice mientras se quita la camiseta.
Con un movimiento rápido, se deshace de mi vestido, y lo deja a un lado. Después se quita los vaqueros, quedándose en ropa interior.
-¿Endless Road? -pregunto, mirando su tatuaje del costado- Me encanta. -sonrío.
-Lo sé. -sonríe- Soy irresistible.
* * * * * * * * *
-Te amo -me dice Dani junto a mi oído. Yo abro los ojos- No tienes ni idea de lo que crean tus besos.
-¿Excitación? -pregunto, sonriendo.
-No. Adicción, que es mucho peor -responde besándome la mejilla- No he sido el primero, ¿verdad?
-No.
-¿Quién fue? Si puedo preguntarlo, claro.
-David -respondo.
-¿Lo prefieres a él, o a mí? -pregunta- No en la cama, sino como pareja.
-Supongo que te prefiero a ti -respondo sonriendo- Me dijeron que, si te enamoras de dos personas, que escogieras a la segunda, porque ésa tendría algo que la primera no tuvo.
-¿Y qué es lo que tengo yo que David no tenga? -pregunta.
-Ése es el problema -reconozco- Que ni yo misma lo sé.
-Te quiero -dice, otra vez. Yo me pego a su pecho.- ¿No tendrías que decir algo?
-Sí, esto... ¿Has visto mi sujetador? -pregunto divertida.
-Sí -sonríe- Muy bonito. ¿Sabes? La lencería negra me encanta.
-Me refería si sabes dónde está -pregunto.
-¿Por qué? -sonríe.
Se escucha la puerta de la entrada al cerrarse.
-Por eso -digo buscando el sujetador a la vez que me envuelvo la sábana alrededor de mi cuerpo.
-Toma, está aquí -dice tirándomelo por el aire.- ¿Y las bragas? -pregunta
-Las tengo puestas. -digo.
-¡Coral! -me llama mi hermano- ¿Dónde estás? -pregunta mientras anda por el pasillo.
-¡En la habitación! -grito- ¡No entres, que estoy desnuda!
Dani se ríe, y yo le doy un golpe en el hombro para que se calle.
-Vale, estoy en el salón. -dice.
Rápidamente, me pongo el vestido y los zapatos, me cepillo un poco el pelo, y me miro en el espejo.
-¡No salgas de aquí hasta que mi hermano se vaya! -le digo a Dani metiéndolo en el armario.
-¡¿Qué?! -pregunta.
-¡Cállate! ¿Prefieres que nos descubran? -le digo.
-Pero tengo hambre. ¿Qué voy a comer yo ahora, que son las dos y media de la tarde?
-Allí dentro hay unas bolas de naftalina, por si te da hambre -bromeo.
-¡No tiene gracia! -exclama.
-Tranquilo, ya se me ocurrirá algo. -le digo cerrando la puerta del armario.
Salgo de la habitación y llego al salón, donde mi hermano está sentado en el sofá viendo la tele. Tiene la cara muy larga.
-¿Qué te pasa, Eloy? ¿Estás bien? -pregunto.
-Pff Estoy más cansado... -se lamenta- ¿Qué haces así vestida?
-Nada, que acabo de llegar de ensayar con los chicos, y no me he cambiado.
-Amm. ¿Y por qué habías dicho que estabas desnuda en la habitación? -pregunta.
-Osea, que no me he cambiado para ponerme el pijama, pero sí me he cambiado de vestido. Es que ahora va a venir Dani para almorzar. -miento.
-Ah, vale -dice bostezando.
-Anda, ve a darte una duchita. -le digo- Yo te preparo el pijamita y todo. -le digo. Ya que, si va a la habitación, se encontrará a Dani en el armario, porque mi hermano y yo lo compartimos.
-Gracias, hermanita -dice dándome un beso en la frente.
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