domingo, 10 de noviembre de 2013

Capítulo 114

Capítulo 114

Dani asiente y se aleja con la cabeza agachada y las manos en la cara. Álvaro, Blas, Carlos y Magí me miran; David se limita a seguir ordenando un poco.
-¿Qué? -pregunto- Me tiene harta el niño este. -respondo encogiéndome de hombros.
-Por muy harta que te tenga no deberías haberle hecho eso -dice Magí.
Yo me cruzo de brazos.
-Magí tiene razón, Coral, me parece que te has pasado. Y lo del guantazo ya... -dice Álvaro.
-Mira, ¡dejadme en paz ya! -exclamo yendo hacia uno de los vestuarios y cerrando de un portazo.
Me siento en el suelo y apoyo la espalda en la pared. Es culpa de Dani, como siempre. Es un pesado el niño este, todo el día igual. Seguro que se encontrará a millones de chicas y a todas les dirá lo mismo. Seguro que nos quiere para jugar, y ya está. Ojalá no hubiera conocido a Dani. Seguro que nos habría ido mejor. Un Auryn sin Dani, no estaría tan mal, ¿no? Quizás estaríamos hasta mejor.
Tocan en la puerta.
-¿Coral? ¿Puedo pasar?
Es David.
-¿Vienes como amigo, o como novio? -pregunto.
-Como lo que tú quieras. -responde.
-Pues prefiero a mi novio -respondo- Tengo que hablar con él y decirle una cosa.
-Entonces, ¿puedo pasar? -pregunta otra vez.
-Sí, entra.
Él abre la puerta y se sienta a mi lado.
-¿Qué me tenías que decir? -pregunta.
-Que te quiero -respondo abrazándolo.
-Antes de que digas el pero... -dice cogiéndome la cara entre las manos y dándome un dulce beso- Pues eso. ¿Cuál es el pero?
-No hay ningún pero -digo encogiéndome de hombros.
-Sí que hay uno, lo sé. -dice- ¿Cuál es?
-No sé -digo- No creo que haya ningún pero.
-Sí, lo hay. Te ayudo a sacarlo -dice- A ver, me apuesto lo que quieras a que estás preocupada porque Dani, sin querer, acabe con lo nuestro, ¿verdad?
-No -respondo.
-Osea que va más allá -reflexiona- ¿Te sigue molestando que me liara con Esme, aunque sepas que yo no quise? -yo niego con la cabeza-En fin, no sé qué otra cosa puede ser. -dice levantándose y abriendo la puerta- Así que será mejor que me vaya y te deje solita para que reflexiones. ¿Quieres que vuelva a por ti cuando nos vayamos a ir, o te dejamos mejor aquí?
-No me creo que te vayas a ir de mí sin intentar averiguar lo que me pasa -murmuro.
-Lo he intentado, cielo, pero podrías hablar en lugar de intentar que te lo solucionemos todo. ¿Qué es lo que nos das a cambio? A Dani, un guantazo en la cara; y a mí...
-David, no me comas el coco, y déjame en paz, anda.
-Sinceramente, me parece muy fuerte esto. -dice- Me parecía que la fama no te iba a cambiar, pero me he dado cuenta de que me equivocaba. Ya no eres la de antes.
-Pues rompe conmigo y se acabó -respondo mientras noto que se me quiebra la voz- ¿Qué más da? -pregunto.
-No puedo hacerlo porque te hice una promesa. Te dije que no te iba a dejar nunca. -dice apoyándose en la pared y cerrando la puerta.- Déjame tú. Déjame tú, y cámbiame por Dani. -responde tranquilamente.
-¿Sabes? Quizás haga eso, pero sólo porque parece que no te importe lo suficiente.
-¿Que no me importas? -pregunta- Cuando me llamó Álvaro aquella noche y me dijo que habías tenido un accidente la misma noche en la que nos peleamos me quería morir. Y cuando me emborraché por ti, ¿qué? ¿Qué hiciste? -pregunta- Viniste corriendo y me llevaste a un hospital. -responde- Como si un puto hospital con agujas me salvara de poder vivir sin ti.
-Estás haciendo una montaña de un grano de arena, de verdad. -digo.- Quizás sea eso lo que me pasa: que me parece que sobreactúas, y que eso me haga pensar que soy imprescindible para todos, lo cual me ha hecho convertirme en lo que soy hoy día. -reflexiono- Quizás la culpa la tengas tú -digo.
-Quizás la tenga yo -responde.- Lo mejor será tomarse un tiempo, otra vez.
-No -niego con la cabeza- Lo mejor será romper para siempre.
-¿Segura? -pregunta, yo asiento- Pues muy bien, mañana no me vengas llorando, ¿eh?, porque este hombro -dice señalándoselo- Estará ocupado por otra persona.
-Si no, tengo el otro -digo levantándome del suelo mientras sonrío.
-Ese está reservado para la única princesa de mi vida, y siento decirte que no eres tú.
-Podré vivir con eso -digo saliendo junto a David.
Llegamos donde están los demás, preparados para volver al hotel.
-Ah -dice David antes de separarnos- Recuerda que le dijiste a Dani que no te dirijiese la palabra si rompíamos. Aunque, bueno, dijiste que era por si rompíamos por su culpa, y has dicho que esta vez había sido mi culpa, por tratarte mejor de lo que te mereces.
-Yo no he dicho que me hayas tratado mejor de lo que merezco -le contradigo.
-Pero lo has insinuado. Se siente -dice encogiéndose de hombros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario