Capítulo 115
-Buenos días -saludo.
-¡¿Cómo que 'Buenos días'?! -exclama Álvaro- Llegas una hora y media tarde.
-Ay, cállate -le digo.
-Si viene tarde, pero tan guapa como hoy, déjala -sonríe el batería.
-Gracias, cariño -digo acercándome a él y dándole un beso en la mejilla.
-Esa es otra -dice Álvaro- ¿De dónde vienes tan arreglada?
-¡Qué cotilla! -exclamo.- Pues nada, que salí con una amiga y me quedé hasta tarde.
-¿Con qué amiga? -pregunta Álvaro- ¿Y qué entiendes tú por tarde?
-Me quedé con Marta, la chica de Málaga. Va a venir a la Coca-Cola Music Experience de aquí, y ha llegado ya para pasar unos días.
-¿Y a dónde fuisteis? -pregunta.
-Qué coñazo, tío. -respondo- A una discoteca light.
-No habrás bebido, ¿verdad? -pregunta Blas- Coral, que eres menor.
-Que no he bebido, pesado. -respondo.
-Sí, tú con el 'pesado' lo arreglas todo -dice David.
-¡Eso, venga! ¿Algún voluntario para cotillear? -pregunto- ¿Alguien quiere saber si me ligué a alguno? -pregunto.
-Yo sí -dice Carlos levantando la mano.
Álvaro le da una colleja.
-Carlos, esto es serio. -le regaña, Álvaro- ¿Coral?
-Que no, que no he bebido. Estoy bien. Sólo me tomé una coca-cola y me quedé a dormir en un hotel -respondo sentándome en una de las sillas.
-Eso espero. -carraspea- Bueno, como iba diciendo, para Breathe you fire, nos vamos a subir a lo alto de una plataforma que se elevará sobre el escenario mientras cantamos. También estrenaremos Viral, así que habrá que traerse los trajes que usamos para la grabación del videoclip. Coral, tú tráete el vestido.
-¿El negro? -pregunto.
-Si fue ese el que usaste para el vídeo, sí. -responde.- También cantaremos 1900, Still, y otras cuantas más que estarán por decidir. ¿Vale?
-Vale -respondemos todos.
-Bueno, como gracias a Coral se nos ha acabado el tiempo, habrá que volver mañana para ensayar. -dice Álvaro.
-Qué exagerado -murmuro.- Bueno, si hemos acabado, me voy -digo levantándome de la silla.
-Espera, y nos vamos los dos -me dice Carlos.
-Vale. Te espero fuera.
Salgo de la habitación y me apoyo en la pared a esperar a mi compañero. Al rato sale el batería, un chico joven, de unos veintidós años, como mucho, ojos azules verdosos y un poco de barba. Bastante atractivo.
-Hola -me saluda.- Menuda bronca te has llevado. -sonríe.
-Sí, bueno, es que Álvaro es un cascarrabias -sonrío.- Me parece fatal que no se halla ni fijado en mi vestido.
-Yo sí que me he fijado, y vas muy guapa -dice.
Yo sonrío, y me aparto un mechón detrás de la oreja.
-Gracias. -digo.
-Venga, pareja -dice Carlos cogiéndome del brazo- Me llevo a la chica, que su hermano debe de estar muy preocupado.
-Eres un aguafiestas, Carlos -le digo.- ¡Adiós, Santi! -me despido del batería.
-Adiós, guapa.
-¿Qué prisa te ha entrado ahora? -le pregunto.
-Espera -dice descolgando el teléfono- ¿Sí? Hola, cielo. Bueno... sí, claro. Enseguida voy para allá.
-¿Qué pasa? -pregunto.
-María José, se me olvidó que hoy iba a comer a casa de sus padres -dice- ¡Dani! -le dice a mi ahora no tan amigo, mientras cruza la calle- ¿Podrás llevar a Coral hasta su casa, y asegurarte de que entre en ella?
Dani me mira a mí, y luego a Carlos.
-Sí, claro. He venido con el coche -responde.
-Gracias, Dani. Hasta ahora.
-Adiós -nos despedimos.
-Venga, vamos -dice cogiéndome de la mano.
-No hace falta que finjamos que no nos odiamos, ¿eh? -le digo apartando la mía.
-Por mucho daño que me hagas, para mí será imposible odiarte -murmura.
-Ya, claro -digo irónica.
-Mira, para mí, esto me duele más que el bofetón del otro día. -dice.
-Lo siento -me disculpo.
-Entonces, ¿amigos? -pregunta, preparado para abrazarme.
-Tampoco te pases, ¿eh? -le corto en seco.
-Si este favor me lo hubieras pedido tú, te juro que te hubiera mandado a la mierda -dice con sinceridad.- Pero como me lo ha pedido Carlos, que no me ha hecho nada malo, tendré que obedecer.
-Pues muy bien -respondo.
-¿Dónde vas? -dice sonriendo- El coche está aquí -responde divertido.
-No tiene gracia -respondo- Eres un cachondo mental, Dani, ¿lo sabías?
-Anda, pasa -ríe.
Revivo en mi mente todo lo que acaba de pasar, y no puedo evitar sonreír.
-¡Eh! -exclama- ¡He hecho que sonrías! Y eso que era una estupidez, que si no... -ríe.
-Eres un payaso, Dani. -sonrío.
-¿A dónde pensabas ir? ¿A casa de la vecina? -los dos rompemos en carcajadas.
-Anda, arranca ya, que tengo ganas de llegar a casa. -le digo riéndome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario