viernes, 19 de julio de 2013

Capítulo 5

Capítulo 5

Después de grabar las secuencias, cuando acabamos, fuimos a comer a un burguer. Yo me quede petrificada cuando abrí mi bolso y descubrí que sólo me quedaban treinta euros, lo justo para volver en tren hasta Madrid.
-¿Qué pasa?-me pregunta Blas.
Yo cierro el monedero rápidamente
-No es nada. Es que...-me interrumpe.
-Yo te invito-dice
-¿Seguro?
-Claro. ¿Qué te apetece comer?
Miro el menú y lo releo varias veces. ¿Qué me puedo elegir para que nadie piense que me encanta comer?
Dejo que los demás pasen delante de mí, y les veo pasar a todos hacia la mesa con la bandeja llenísima de comida.
A la mierda todo. ¿Qué más da? Que piensen lo que quieran.
-Pues un happy meal. ¿Te parece bien?-pregunto
-A la que le tiene que parecer bien es a ti. Que te lo vas a comer, ¿no crees?- pregunta mirándome.

Tras pedírle dos happy meals (uno para mí y otro para él), nos vamos a la mesa con los demás. Entre Auryn, Magí y yo, estamos súper apretujados.
-¿Y eso?-me pregunta Álvaro.
-¿Esto?-pregunto señalando mi almuerzo, él asiente.- Mi comida.
-Ah.- se queda un momento callado y me vuelve a mirar.
-¿Qué pasa?
-Nada que tan delgada como estás y que comas tanto... Se me hace raro. Pensaba que pedirías una ensalada o algo de eso.
-¿Yo, ensalada?-pregunto con una sonrisa.
-Si a ésta fijo que le encanta comer, es como yo.-dice David.
Vuelvo a notar las mariposas en el estómago, por segunda vez en el día y por tercera desde que los veo.
-¿Y eso cómo lo sabes?-pregunta Dani.
-Porque sé que es andaluza.-dice. Todos levantamos la mirada hacia él, y yo lo miro sonrojada.
-¿Y eso?-pregunta Álvaro- ¿Cómo lo sabes?
-Por el acento-responde mirándome- De...¿Sevilla?
-Málaga-respondo.- Pero vivo en Madrid.
-¿Cuándo te mudaste?-pregunta Magí.
-Con 3 años. Mi hermano y yo nos vinimos a vivir con mi tío.-explico.
-¿A tus padres les parece bien?-pregunta Magí.
-Mis padres murieron-respondo con tristeza.
-Lo sentimos-responden todos.
-No pasa nada. Es decir...
Me quedé sin palabras. Claro que pasaba. Pasaba que había perdido a mis padres sólo con tres años, que apenas me acordaba de sus caras. Y todo por un maldito accidente de tráfico.
-Eh, venga-noto que me dice Blas.
No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que Blas pronuncia estas palabras.
-Lo siento.- me disculpo- Voy un momento al baño.
Me levanto y voy hacia el baño de las chicas, entro allí y me pongo delante del espejo.


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